Mentir con mapas
La representación espacial ayuda a entender los fenómenos sociales, pero en el caso de los resultados de la elección 2021, los mapas contribuyen a la confusión y a la división de los ciudadanos.
Los resultados de la elección del 6 de junio provocó una multitud de mapas que representaban las victorias y derrotas de los partidos en todo el territorio nacional. Una de las imágenes más compartidas es el mapa de la Ciudad de México, el cual intenta mostrar la derrota del partido Morena frente a la Alianza “Va por México”.
De acuerdo con los datos disponibles del PREP de la Ciudad de México, Morena ganó en 7 alcaldías frente a las 9 alcaldías que ganó “Va por México”. Ante estos resultados electorales, en el periódico de “El País” diseñaron el mapa en azul y rojo. La impresión que causó esta imagen quedó plasmado en palabras de su Jefa de Redacción:
“Berlín” y “Corazón partío” son las expresiones que se escucharon en la redacción cuando vimos el mapa. Fuente: https://twitter.com/sonyacrown/status/1401810872129912833
A partir del mapa azul y rojo de “El País”, los opinólogos de diferentes afinidades identificaron patrones espaciales que no existen para explicar los resultados: “la raíz de la división es la situación socioeconómica”; “las invectivas de odio hacia la clase media dieron por resultado que perdiera la mitad pudiente de la CDMX”…
Maravillosos análisis, pero totalmente falsos.
El uso extendido de Sistemas de Información Geográfica posibilita la representación de diversos fenómenos que tienen un componente espacial. Un ejemplo sencillo es en el crimen. Un robo con violencia a transeúnte puede geolocalizarse con coordenadas X,Y. Si hay asaltos frecuentes en una esquina determinada, la criminología del lugar considera que es un “punto caliente” de actividad” (un hotspot).
Esta clasificación permite estudiar condiciones ambientales de las posibles causas del crimen. Un lugar de fácil huida o llegada. Una zona cercana a lugares que son atractores o generadores de delito. Incluso las condiciones urbanas de iluminación o presencia de policías capaces de disuadir el delito.
Los delitos pueden representarse en el espacio por sus características, pero ¿Cuál es el componente espacial en una votación? ¿La distancia alrededor de una casilla? ¿El lugar donde vive la persona que votó?
Y ese es justo el problema de los mapas que hemos visto aparecer en las notas periodísticas. ¿Qué están representando exactamente? Bueno, si no tiene leyendas, pues es más difícil adivinar.
Además de la inexistencia de elementos espaciales, un problema adicional es que los distritos electorales son bordes administrativos discretos. Esto es que pueden cambiar sin dificultad, ya que son límites artificiales. Incluso los distritos electorales no corresponden al marco geoestadístico que utiliza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Por tanto, las condiciones socioeconómicas que “explican” la votación de los distritos por Morena o por la Alianza cambian de acuerdo con la forma y con la escala de la unidad de análisis. Este es un problema de larga data en el análisis espacial llamado “El problema de la unidad del área modificable” (modifiable areal unit problem).
Si el uso de estos mapas genera este grado de ruido, la pregunta importante es ¿Son resultado de un desconocimiento de los alcances del análisis espacial? o por el contrario, ¿Son instrumentos revestidos de cientificidad para dividir aún más a las personas? ¿Mienten con los mapas motivados por sus propios intereses?
La representación espacial de los fenómenos es atractiva y aprovecha la estética de los mapas para darnos una primera impresión duradera. Pero es poco útil cuando tiene tantos problemas — falta de elementos espaciales y formas discretas de los distritos — . En lugar de ayudar a entender mejor los fenómenos confunde a las personas deseosas de entender y amplifica la división y el ruido de los fenómenos.
Afortunadamente no está todo perdido para el análisis estadístico. Hay analistas que consideran estos problemas en sus mapas y lo resuelven. Juan Javier Santos del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas hizo la mejor representación que he visto para los resultados de las alcaldías en este mapa.
Es un mapa honesto, ya que usa el marco geográfico de la Ciudad de México para incrustar un diagrama de puntos que representa 3,000 votos por cada unidad y con el color rojo o azul le proporciona una capa adicional de análisis. En esta representación es posible visualizar de manera más clara la diferencia y proporción de los votos en las alcaldías y deja los análisis rudimentarios y jocosos para “El Deforma”, que es dónde deben estar.
La representación espacial no tiene la culpa de ser usada para mentir, pero al parecer lo facilita en un ambiente que para algunos grupos es conveniente ahondar la división entre los ciudadanos.